Trabajo Difícil, Fe y Actitud Fuertes

Hoy quiero hablar de algo muy importante que muchas veces pasamos por alto o no sabemos cómo manejar: ¡cómo sobrevivir en un ambiente de trabajo difícil! Y sí, sé que a veces se siente como si todo estuviera en contra, pero no estás sola. Así que, si estás lidiando con un entorno complicado, este blog es para ti. Te voy a dar algunos consejos que en lo personal he aplicado.

1. Reconoce las señales de un ambiente que puede ser tóxico:

Antes de reaccionar o intentar cambiar las cosas, es importante saber qué está pasando realmente. A veces, lo que nos afecta no son solo las tareas que tenemos, sino las dinámicas de nuestro entorno. Algunas señales de que el ambiente en nuestro trabajo no es saludable pueden incluir:

  • Te sientes ansiosa o agotada constantemente: Si cada mañana te cuesta un mundo levantarse y el estrés del trabajo te persigue hasta cuando sueñas, es momento de prestar atención.

  • La cultura laboral es hostil. Si hay chismes, favoritismos, críticas constantes o falta de reconocimiento, el ambiente puede volverse muy pesado.

  • No se respetan tus límites. Para mí este es el elemento más crítico y puede verse en hechos como que te exigen más de lo que puedes dar, no respetan tu tiempo libre o te hacen sentir culpable cuando intentas establecer límites.

  • Tu autoestima está sufriendo. Si empiezas a dudar de tus capacidades o sientes que no eres suficiente, algo en el entorno puede estar afectando. Ahora no siempre es solo eso, pero es importante analizar si la influencia de algún compañero de trabajo detona estos pensamientos. 

2. Cómo enfrentar este ambiente:

Es difícil afrontar un ambiente complicado, pero hay diferentes cosas que me han ayudado y que han ayudado a otras personas que he acompañado en estos procesos: 

  • Excelencia y exigencia: La diferencia entre excelencia y exigencia desmedida radica en la actitud y el impacto que cada una tiene en nuestro bienestar. Es importante aclarar que hay exigencia interna y externa, pero hoy quiero que profundicemos en la externa. Normalmente, esta última se relaciona con presión constante, miedo al fracaso, estándares inalcanzables, obsesión solo con los resultados, los errores se vuelven fracasos imperdonables y se genera estrés, ansiedad y desgaste emocional.

Para trabajarlo debes definir cuáles son tus estándares, los cuales deben ser claros y realistas, mapeando siempre el proceso que nos lleva a los resultados, reformula tus pensamientos por ejemplo en vez de "No soy buena en esto", di: "Estoy en proceso de mejorar".

  • Ora por dirección y fortaleza: Antes de dejarme llevar por la desesperación, recurro a la oración que es la forma en que Dios me consuela y me da su perspectiva. Hay un versículo que siempre me recuerda este recurso en momentos de crisis Filipenses 4:6 "No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias.". Ahora bien, cuando oro no busco la resolución inmediata de la situación, ni tampoco sentir que emocionalmente ya todo pasó, sino que la idea es que pueda reconocer que necesito ayuda y que Él está conmigo, que no estoy sola. Te invito a acercarte de la misma manera. 

  • Establece límites claros: Me escucharán decir como disco rayado la importancia de cuidar de nuestra mente, cuerpo y alma. A veces, en ambientes tóxicos, nos olvidamos de ponernos en primer lugar. Pero recuerda que no está mal decir no cuando algo no está bien para nosotras. Ya sea en cuanto a horas de trabajo, tareas adicionales o incluso en las interacciones con compañeros. Muchas veces esto no empieza por uno, aprender a respetar nuestro horario de trabajo y nuestras vacaciones o tiempos libres.

  • Rodéate de personas que te edifiquen: Es cierto que a veces el ambiente puede ser tóxico, pero eso no significa que tengas que estar sola. Busca aquellas personas que te inspiren, que en medio de lo difícil pueden retarte a ser una mejor persona y a tener una mejor actitud. 

  • No te olvides de cuidar de ti misma: A veces, el trabajo puede ser tan absorbente que nos olvidamos de cuidar nuestro bienestar. Cuando me pasa, trato de recordarme a mí misma que necesito tiempo para descansar y recargar mis energías. Ya sea que disfrute leer un buen libro, hacer ejercicio, o simplemente tener un tiempo de tranquilidad, ¡lo hago! Y te invito a hacer lo mismo. Tu salud física y emocional también es necesaria para poder desarrollarte laboralmente. 

  • Enfócate en lo que puedes controlar: Creo que esta fue una de las cosas que más me ha ayudado a nivel personal, porque es fácil dejarse atrapar por todo lo que no puedes cambiar, pero una debe recordar que no todo está bajo nuestro control. Entonces lo importante es enfocarnos en lo que sí podemos hacer: cómo reaccionamos ante las situaciones, cómo mantenemos nuestra paz, cómo tratamos a los demás. 

No hay duda de que un ambiente de trabajo complicado puede ser un reto, pero también puede llevarte a conocerte mejor, aprender a pedir ayuda, crecer en tu Fe y aprender a caminar en perdón. No pierdas la esperanza y recuerda siempre que eres valiosa, amada y capaz.

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Versículo Lema: “Sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque este determina el rumbo de tu vida”. Prov 4:23 RV-60

Irly Solera

ASOCIADA SENIOR DEL,EQUIPO DE PSICOLOGA REAL ENFERMERA ESPECIALISTA EN SALUD MENTAL. 10 años de experiencia en el acompañamiento individual y grupal con planes de cuidado basados en necesidades específicas, además, de desarrollo de investigaciones en salud y docencia.

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