Hábitos y Bienestar
El inicio de año para mí siempre es especial, no sé si será la época o el hecho de que el trabajo disminuye significativamente, pero normalmente es un momento en donde me tomo el tiempo para reflexionar en aquellas que necesito mejorar o deseo integrar en mi vida para sentir un mayor bienestar.
Ahora bien, no me lo tomes a mal, no quiero darte la idea de que solo me enfoco en fomentar el bienestar, porque realmente creo que tener bienestar es un trabajo diario y constante, el cual incluso cambia según lo que estemos viviendo en el momento. Pero al pensar en esta palabra también se viene a mi mente una y otra vez la disciplina y lo difícil que se nos hace en muchas ocasiones mantener nuevos y/o buenos comportamientos que fomenten este bienestar.
¿No te ha pasado? ¿Qué dices a partir de este año voy hacer esto, voy hacer lo otro? Y justo cuando iniciamos sentimos tanta resistencia. Bueno quisiera explicarte porque se da esto, eso me ha ayudado a tenerme más paciencia en el proceso y a volverlo a intentar las veces que sea necesario.
Formación y mantenimiento de hábitos
La formación de hábitos es un proceso complejo que involucra múltiples regiones del cerebro y cambios neuronales. Aunque mucho se cree que influye la repetición, el resultado no se reduce simplemente a eso, si fuera así entonces no abandonaría el ejercicio a pesar de llevar 6 meses de constancia. Entonces aquí te dejo puntos importantes:
Nuestra poca tolerancia a la incomodidad: a nuestro cerebro no le gusta estar incómodo, sentirse obligado o con dolor, entonces va a tratar de evitar estos comportamientos. Esto sumado a la intoxicación de dopamina excesiva que tenemos, ha afectado esta capacidad para resistir y perseverar en algo bueno, pero que no nos encanta.
Recompensas: cuando estamos en proceso de formación se activa en nuestro cerebro un circuito conocido como el "círculo del hábito", que incluye: un desencadenante que activa el comportamiento (detonante), la acción en sí (conducta) y la una sensación de gratificación que refuerza la repetición (recompensa). Lo que pasa es que en muchas ocasiones esta última toma algún tiempo en visualizarse.
CIRCUITO DEL HÁBITO
Quizá para este momento te estés preguntando ¿y cómo entonces puede mantener un hábito? Bueno, hay diferentes estrategias:
Practica la demora en la gratificación: este para mí es un ejercicio para poder alcanzar metas mayores. Por ejemplo, podría estar revisando las redes sociales para distraerme del estrés que me produce un proyecto, pero puedo aplazar su uso y optar por realizar la tarea pendiente, entendiendo que mi sensación de bienestar y paz probablemente aumentará cuando vea finalizada la tarea. Este tipo de ejercicios puedes iniciarlos de forma graduales y con cosas que no te generen demasiada alteración.
Diseña un entorno favorable: Ajusta tu entorno para facilitar el cambio que quiere decir esto, en el ejemplo anterior de las redes sociales, sería bueno que cierre las sesiones de mis cuentas, que las inactive con aplicaciones después de x número de minutos de utilizarlas o incluso que las desinstale. Probablemente, el tiempo que me tome volver a instarla e introducir la información sea suficiente para detenerme.
Comienza con pequeños pasos: La clave del cambio sostenible está en realizar ajustes graduales. Así como no puedo pretender correr una maratón con un buen desempeño y tiempo, sin haber entrenado anteriormente, no puedo proyectarme a empezar un gran hábito si no lo he hecho en el pasado o es algo que realmente no me gusta. Recuerda cuanto más cansado, feo o difícil parezca el nuevo hábito, más retador será para tu cerebro, empezar poco a poco es el secreto.
Exponerte gradualmente a cosas que no te gustan o te frustran: quizá este es uno de los ejercicios que más aplico para mi vida, porque realmente me ha ayudado y espero que te ayude a ti también. Algo tan simple como tener actividades que son difíciles de realizar y ordenarlas de la menos difícil a la más, para así poderlas hacer poco a poco me ha permitido fortalecer mi resistencia a la incomodidad.
Nuestros hábitos diarios tienen un impacto profundo en nuestro bienestar. Construir un estilo de vida saludable requiere intención, paciencia y compromiso, pero los beneficios son enormes: más energía, mayor resiliencia y un mayor BIEN-ESTAR. A través de pequeños cambios constantes, podemos reconfigurar nuestras rutinas y, en última instancia, transformar nuestra forma de vivir y sentir. Cuéntanos como te va con los cambios. Cada paso por más pequeño que sea es importante.