EL EFECTO PIGMALIÓN Y SU EFECTO EN EL DOCENTE ACTUAL

Por Alejandra Sanabria, Psicóloga Clínica

En la mitología griega existía un escultor de nombre Pigmalión,  este se enamora de una de sus obras llamada Galatea, tanto era el amor que sentía por su obra maestra que la diosa Afrodita la convierte en un ser de carne y hueso,  lo anterior es  un mito que da vida a la teoría de las profecías autocumplidas.  Se sabe que las expectativas que se tienen sobre las personas, en este caso, los estudiantes, tienden a cumplirse. 

 Se espera que los docentes tengan conocimiento sobre el efecto que se asemeja al espíritu de la leyenda Pigmalión y cómo éste puede lograr un impacto positivo en el manejo de las relaciones con los estudiantes.

 Hay muchos factores determinantes en el éxito del estudiante en el aula uno de ellos está relacionado con la expectativa que el estudiante debe percibir sobre su desempeño como estudiante por parte del docente, de ahí que el comportamiento no verbal del educador es complemento esencial al lenguaje utilizado.

En ese sentido, tiene una importancia capital la construcción de empatía entre el docente y alumno (y viceversa), pues se sabe que el primero juega un papel primordial en el desempeño del segundo.

 Actualmente el educador se enfrenta con el desafío, (hoy como nunca antes), de que sus estudiantes cuentan con un acceso a la información de forma instantánea, quienes a  la vez son más exigentes y empujan a un cambio importante en el método de enseñanza; está situación, presiona al docente y lo puede, hacer sentir, en desventaja con la generación que guía, Esto ha generado docentes inseguros, lo cuál genera, innecesarias luchas de poder con sus estudiantes, por esa incapacidad de renovarse, de actualizarse, de utilizar a su favor el conocimiento del estudiante actual. 

 Los anteriores, son la descripción de los pigmaliones negativos, aquellos, que por sus problemas de autoestima hacen que sus alumnos en cuanto están con ellos tiendan a disminuir su autoestima y seguridad, o lo que sus limitaciones se exacerban generando más impresión en el desarrollo del aprendizaje. Por otra parte, las expectativas negativas se comunican más fácilmente a los estudiantes. 

 Por el contrario, los docentes con una alta autoestima tienden a ser pigmaliones positivos, esto es: aquellos que producen un efecto positivos en sus estudiantes;  los que están seguros de que a pesar, de estar enfrentando una población estudiantil muy distinta a la de hace algunas décadas, su experiencia será de gran utilidad a estas generaciones.

 Un estudio realizado por el psicólogo Rosenthal, denominado “Pigmalión en el aula, publicado en 1968, explica como primero, aplicó una prueba de inteligencia a un grupo de escolares, acto seguido, dividió al grupo en dos clases al azar. A la profesora del primer grupo le dijo que tenía estudiantes normales y a la otra profesora le dijo que sus chicos estaban por encima del promedio.  Evidentemente esta división fue aleatoria. Al finalizar el curso Rosenthal, volvió a aplicar las pruebas, los resultados de los chicos del grupo experimental, los supuestos por encima del promedio, habían mejorado mucho más que el grupo de comparación. 

 Entre las conclusiones del citado estudio se determinó el docente tiene una alta expectativa del alumno, tiende a ser más dócil con el estudiante, toma más tiempo para explicarle la materia vista en clase, cuando el alumno tiene una pregunta tienden a darle una amplia explicación llena de información valiosa para enriquecer el conocimiento y construye relaciones emocionales sanas y cercanas. 

Como educador es muy significativo conocer cuáles son los intereses de cada estudiante, sus posibilidades, sus anhelos, etc., entre otras cosas, para desde ahí poder motivarlo y potenciar sus habilidades innatas y no tratar de cambiar al estudiante a mí conveniencia como docente.

Conocer las limitaciones del estudiante para que su trabajo sea óptimo a pesar de las mismas y hasta superar algunas o desarrollar las estrategias necesarias para que estas no afecten sus resultados académicos. Algunas limitaciones son percepciones que se superan con un cambio de mentalidad.

De aquí que es valioso reconocer cuáles son las características de un docente Pigmalión positivo:

 El docente pigmalión positivo da mucho tiempo para responder a las preguntas de sus estudiantes.

El docente pigmalión positivo muestra paciencia a sus estudiantes, inclusive a los que presentan dificultades en el manejo del tema.

El docente pigmalión positivo tiende a no criticar las faltas de sus estudiantes y cuando tienen éxito los alaban con euforia.

El docente pigmalión positivo tiende a prestarle mucha atención al alumno con alguna limitación.

El docente pigmalión positivo tiende a interactuar con esos estudiantes y se colocan a poca distancia no sólo físicamente sino emocionalmente.  La relación que desarrollan con los estudiantes es muy amistosa.

 Conociendo dicha información acerca del efecto pigmalión, creo como psicóloga la importancia de que los docentes deseen trabajar en transformarse en pigmaliones positivos dentro del salón de clase.  Para lograr dicho efecto debe reconocer cuando se tiene aversión ante ciertos estudiantes, ya sea, porque tienen limitantes no sólo cognitivas sino conductuales, que desordenan el aula, que hacen que el avance en los objetivos del curso tiendan a darse de manera más lenta de lo deseado. 

 Algunos consejos importantes para realizar dicho cambio son:

1.   Fortalecer su autoestima como docente.

2.   Tener plena seguridad que la modificación de conductas en los alumnos es posible a través de un proceso gradual y lento, lleno de paciencia.  Es realizable.

3.   Cada conducta está comunicando la actitud hacia el estudiante, es imposible no comunicarse. Por lo que debe revisar que les quiere comunicar a sus estudiantes.

4.   Proponer metas altas pero realizables a sus estudiantes, para que ellos logren descubrir su capacidad de rendimiento y logren automotivarse.

5.   Disciplina pronta y cumplida, basada en el respeto por el ser humano que día a día está en su clase, adquiriendo conocimiento.

6.   Libertad de equivocarse, lograr que los errores del estudiante no le hagan sentir humillado, rechazado o con temor a seguir intentándolo.

 El efecto pigmalión es un arma de doble filo, pues si es utilizado de manera positiva potencializa a los estudiantes en su totalidad en la clase, pero sino se trabaja de modo adecuado, marcará de forma negativa a los estudiantes. 

 Como docente es un reto convertirse en pigmalión positivo cuando se tiene una clase llena alumnos con distintas personalidades, limitaciones, desafíos diarios,  sin embargo, dejar huella en cuánto al desarrollo de seres pensantes, autónomos, críticos e independientes, merece el esfuerzo de crecimiento.  

 La vida de un niño es como un trozo de papel en el que todos lo que pasan dejan una señal.  Proverbio Chino.

 

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