FUNCIONES DE MENTALIZACIÓN EN PACIENTES CON TEA
En este ensayo, voy a explicar de forma sencilla en que consiste según la psicología la mentalización y por que al día de hoy sigue siendo tan importante para mi campo de acción profesional. La mentalización en palabras sencillas es como el ser humano logra interpretar el comportamiento y lo que está pasando por la mente del otro. Así mismo, en cómo entender su propio comportamiento.
“El tener una teoría de la mente sugiere un proceso consciente, es importante tener en cuenta que hay procesos implícitos y versión explícita de la teoría de la mente” (Frith & Frith, 2012), ella explica que la mentalización es un proceso consiente que se va desarrollando, tanto por el ambiente como por el componente neuronal. Y que este proceso es importante porque el individuo lo utiliza para la socialización. Entonces podemos entender que al niño o paciente con TEA no le será sencillo dicho proceso de mentalización, pero que es algo que puede aprender.
Las funciones de la mentalización tiene que ver con la expresión de emociones, con la teoría de la mente, empatía, juicio moral, significados implícitos, mentira versus mentira piadosa. Estas funciones mentales las personas las necesitamos para poder construir relaciones sanas por ejemplo de amistad, de relación saludable con el entorno. El paciente con TEA, dice las cosas de forma literal y no entiende porque los demás se ofenden si no está diciendo más que la verdad. Un ejemplo de esto, un adulto que llegue a una casa de amigos, y les diga que la casa está muy fea. Para una persona con TEA esta siendo sincera y nadie debería resentirse por eso, pero existen reglas sociales que hacen que esas cosas no las digamos, ya que sabemos que puede hacer sentir de forma inadecuada a nuestros amigos y que nos hace ver como personas impertinentes. Es acá donde queda en evidencia que las funciones de mentalización en pacientes con TEA son un tema a trabajar en terapia.
En 1980 se desarrolla el término cognición social “esta competencia incluye aspectos tanto sociales como cognitivos de la representación del mundo en las mentes de las personas, y por tanto, es un concepto más amplio que el de Teoría de la Mente” (Roqueta et. al. 2012, p.60) Este avance es muy importante ya que permite seguirlo acuñando hasta el día de hoy en inteligencia emocional, y entender que es algo que se puede desarrollar, mejorar y aprender. Por lo que es un avance para todos los ámbitos terapéuticos.
La psicóloga Utha Frith plantea que el dominio de la TdM “otorga la capacidad de establecer relaciones entre los estados externos de hechos y estados mentales internos… (y señala que) podríamos llamar a esa capacidad “mentalización”. (Frith, 89) En psicología también entendemos este proceso como empatía, la habilidad de ponerme en el zapato del otro, habilidad difícil de realizar en el ser humano, con mucha más razón en personas con TEA.
En 1990, Brothers plantea la hipótesis del “cerebro social”, como una respuesta evolucionista a los cambios que presenta el cerebro frente a un entorno social cada vez más complejo. El proceso de mentalización ha ido en evolución desde el año 1874 y en 1990, se declara la década del cerebro, en donde la neurociencia refleja la importancia en el estudio de la cognición, la conducta y la salud. Por lo que los científicos desde la neurociencia aportan al desarrollo de la mente y como es que está funciona.
Los psicológos Nathan Emery y Alexander Easton (Emery y Easton, 2005), distinguen entre la ‘neurociencia cognitiva social’ y la ‘neurociencia social’. Según estos autores, la neurociencia cognitiva social se restringe al estudio de los mecanismos neurobiológicos de los procesos superiores (p. ej., teoría de la mente, empatía, autoconciencia, razonamiento moral, intencionalidad e imitación) que intervienen en la cognición social. A nivel de ciencia podemos respaldar nuestro trabajo y teorías que durante muchos años se creía que la piscología no era una ciencia, y gracias a este desarrollo podemos enriquecer nuestro trabajo práctico y por ejemplo en psicología educativa exigir adecuaciones necesarias para los niños con TEA, ya que tenemos mayor sustento científico para apoyarnos.
Existe entonces una diferenciación entre la mentalización implícita y la explícita. Entonces podemos enseñarle al paciente con TEA, a leer claves sociales no verbales, por ejemplo cuando es momento de hacer silencio en una clase escolar, además, de comunicación gestual deliberada, por ejemplo que la docente le pone la mano en el hombro y eso significa tiempo de trabajar. Este tipo de adecuaciones ayudan a una inclusión adeacuada al estudiante con TEA y en la medida de la funcionalidad de éste.
Hay que irle creando al paciente con TEA la conciencia y detección de que los otros también sienten y que hacen interpretaciones de sus conductas, que existe un código social para las relaciones adecuadas a nivel escolar por ejemplo, el tiempo de recreo es un “desorden, ordenado” y para los chicos con TEA es difícil comprenderlo. Los compañeros sociables que les ayudan a entender estas interacciones son vitales en el proceso de acompañamiento.
Los juegos de roles son prácticas necesarias para que los padres de niños TEA les ayuden a desarrollar de forma adecuada estos procesos de mentalización. Explicarle el rol de un niño mediante el juego es una fácil y sencilla de brindarle herramientas sociales. Jugar de doctor, de policía, de maestro, de amigo, de casita, de quedó, de la anda, etc, son algunos ejemplos a emprender.
Para concluir, puedo entonces decir que las funciones de mentalización hoy por hoy tienen respaldo científico y deben ser tratadas como tal para el desempeño adecuado de los pacientes con TEA.
Por: Licda. Alejandra Sanabria
Psicóloga
Bibliografía y fuentes de información
Morales, M. (2017) Presentación de power point: “Funciones de Mentalización”.
Grande-García, I. (2009) Neurociencia social: El maridaje entre la psicología social y las neurociencias cognitivas. Revisión e introducción a un nueva disciplina. México.