ANSIEDAD EN LA INFANCIA
¿Sabías que 1 de cada 5 niños, niñas y adolescentes en América Latina experimenta ansiedad? Según datos de la OMS después de la pandemia los datos en patologías referentes a la ansiedad en esta población se han exacerbado y es tema de preocupación en la salud mental. Debido a los factores socioeconómicos, familiares, educativos y el uso de las pantallas.
La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones percibidas como amenazantes o estresantes. Desde un enfoque clínico, se define como una emoción caracterizada por sentimientos de tensión, pensamientos de preocupación y síntomas físicos como aumento del ritmo cardíaco, sudoración, y tensión muscular.
Ansiedad Normal
La ansiedad normal es una reacción temporal que ocurre en situaciones cotidianas que provocan preocupación o nerviosismo, como:
Un examen escolar
La presentación de un proyecto importante
Un evento social importante
Esta forma de ansiedad es generalmente útil, ya que motiva a prepararse para desafíos y a evitar peligros. Una vez que la situación estresante pasa, los síntomas de ansiedad suelen desaparecer. En este sentido, la ansiedad es adaptativa y parte del funcionamiento saludable del cerebro.
Ahora, existen los trastornos de ansiedad que ocurren cuando se presenta de manera desproporcionada frente a la situación o cuando persiste durante largos períodos, incluso en ausencia de una amenaza real. Estos trastornos interfieren significativamente con la vida diaria de los niños, afectando su capacidad para funcionar en la escuela o las relaciones interpersonales.
Pueden presentar sintomas como: insomnio, preocupacion persistente y excesiva, Inquietud o sensación de estar "tenso", irritabilidad, falta de atencion y concentración, dificultades en sus relaciones entre pares, baja autoestima, problemas de desarrollo de habilidades sociales, estos sintomas van acompañados de sintomas fisicos y deben estar presentes por un periodo prolongado y tener un impacto significativo en su vida diaria. Si su hijo/a presenta estas sintomatología es importante que consulte con un profesional en psicología o psiquiatría.
¿Cómo puedo ayudar a mi hijo/a cuando esté ansioso?
Se una persona segura: lo primero que tu hijo/a necesita es sentirse seguro, acompáñale desde tu presencia, contacto físico y conexión, repítele estas seguro mientras respiran juntos. El contacto físico suave como un abrazo, puede ayudar a reducir la ansiedad y mejorar la seguridad emocional. Establece una conexión segura antes de corregir o guiar.
Reconoce y Valida las Emociones: ayúdale a identificar y nombrar lo que siente. Validar sus emociones les enseña que está bien sentirse ansioso, y que el sentimiento es temporal.
Ejemplo: "Veo que te sientes preocupado por tu examen. Es normal sentir nervios antes de algo importante. Estoy aquí para ayudarte."
3. Ayuda a los niños a identificar los pensamientos negativos que están alimentando su ansiedad y a reemplazarlos con verdades bíblicas.
Ejemplo: "Cuando te sientas nervioso, recuerda que Dios te ha dado un espíritu fuerte y puedes pedirle ayuda para sentirte más seguro."
4. Establece Rutinas y Limites Predecibles: Los niños necesitan un entorno predecible para sentirse seguros. Crear rutinas y límites claros ayuda a reducir la ansiedad, ya que los niños saben qué esperar.
Ejemplo: "Vamos a seguir nuestra rutina de la noche para que sepas qué viene después. Eso te ayudará a relajarte y prepararte para dormir."
5. Siempre apunta a Cristo: Señala a Jesús en medio de sus miedos, el que siempre estará con él y tiene accesibilidad disponible 24/7. El refugio seguro siempre vendrá de él.
No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te fortalezco; siempre te ayudaré; siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. Isaías 41:10
Si tu hijo/a esta presentando un trastorno de ansiedad es importante que acudas a un profesional de la salud mental.
Te dejo esta guía de verdades bíblicas que puedes enseñar a tus hijos en medios de sus temores.
A medida que fomentes una atmósfera de conversación abierta con tu hijo/a le estás ayudando, asegurándole de respaldar tus respuestas con verdades alentadoras de las Escrituras. Aquí tienes algunas ideas para comenzar.