Conociendo el valor de la Libertad
Si definiéramos libertad en palabras simples, podríamos decir que es la capacidad que tenemos como seres humanos para actuar según nuestra propia voluntad, implica que tenemos la potestad de tomar decisiones desde nuestros valores y desde la óptica de nuestra historia y nuestras vivencias y es acá en este punto en particular donde el concepto de libertad se convierte en una creencia y definición personal para cada uno.
Y me refiero a que muchas veces podemos estar llamando libertad a la zona de confort que nos mantiene con el temor al cambio esa que quizás no nos permite vivir en una verdadera plenitud y es que para realmente conocer un concepto de libertad emocional profunda necesitamos conocer la verdad de quienes somos.
¿Qué es la libertad emocional?
La libertad emocional es la capacidad de experimentar y expresar una amplia gama de emociones de manera auténtica y saludable. Radica de la conexión más profunda con nosotros mismos. Es pasar de estar en piloto automático todo el tiempo a ser intencionales de estar aquí y ahora.
Es perder el miedo a sentir, a transitar emociones y a permitirse fluir y quizás suena descabellado, difícil o contradictorio a lo que la sociedad nos influencia ya que nos dice que entre más control menos errores y más precisión, sin embargo, la pregunta sería ¿Cuándo compramos la idea de que la libertad radica en el control y no el en fluir?
Radica en la capacidad de conocernos a nosotros mismos y permitirnos crecer en la conciencia de quienes somos de los aprendizajes que hemos tenido a lo largo de la vida valorar aquellos que deseamos mantener y con la misma libertad soltar aquello que ya no resuena con nosotros.
Algunas características que presentan las personas emocionalmente libres son:
Desarrollo de autoconciencia: Comprensión de sus propias emociones, pensamientos y conductas.
Seguridad y Autenticidad: En expresar sus propias emociones y sentimientos sin temor a la desaprobación.
Flexibilidad Emocional: Con una alta capacidad de adaptación ante diferentes situaciones emocionales.
Empatía y conexión con otros: Relaciones interpersonales saludables.
Decisiones firmes: Basadas en sus valores, necesidades y deseos, desde su propia esencia.
Herramientas para recuperar la libertad emocional:
Practicar la atención plena: estar presente en permitirnos sentir nuestras emociones sin juzgarnos.
Aceptar nuestras emociones: en lugar de buscar controlarlas o suprimirlas.
Hablar en primera persona: permitirse hablar desde el yo por ejemplo: “yo siento” “yo necesito” ayuda a comunicar de forma más clara y saludable.
Establecer límites saludables: implica reconocer y respetar tanto nuestras necesidades como las de los demás.
Desarrollar una perspectiva equilibrada: recordar que nuestro valor no depende de la opinión de los demás radica en lo que yo piense de mi mismo.
Buscar apoyo profesional: nos permite conocer y explorar patrones de comportamiento y pensamientos que pueden estar afectando nuestra libertad emocional.
Desde la perspectiva espiritual la Biblia nos brinda una visión más amplia de la libertad nos cuenta en Juan 8:32 “y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres” cuando nos permitimos conocer la verdad de quienes somos, como pensamos, el porque de nuestras conductas y nos reconciliamos con nuestra historia la vida deja de estar en tonalidad de gris para nuevamente pintarse de colores.
Jesús le contestó:
—Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí.
Juan 14:6
Te comparto una herramienta para comenzar el viaje hacia la libertad emocional:
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